Archivos de la etiqueta: emociones

08Feb/15

Pensamientos y emociones.

pensamientosSubí al tren y contemplé una rabieta perpetrada por una niña de unos 8 o 9 años. Estaba muy enfadada y frustrada. Se había olvidado un vestido en casa de los amigos de sus padres. Ella quería su vestido, y lo quería en ese mismo instante. Su madre, amorosamente le dijo: hablaré contigo cuando te relajes, no antes.

La niña decidió que si quería obtener algo de su madre, debía reducir sus exigencias. Fue entonces cuando su madre logró razonar con ella. Le explicó que en aquel momento estaban en el tren en marcha y a más de la mitad del camino de regreso a casa, era de noche y que ella hubiera olvidado el vestido, no suponía ninguna tragedia. Le explicó que enviaría un mensaje para que le guardaran el vestido. Era lo único que se podía hacer en aquel momento.

La madre, le sugirió que en lugar de pasarse el resto del viaje enfadada y preocupada, podía quedarse tranquila y leer un libro que le había traído para el viaje. La niña se quedó pensando unos instantes y luego decidió que era mejor disfrutar del viaje.

En aquel momento, me di cuenta que había presenciado uno de los mejores momentos para la construcción de un carácter maduro. En resumen, la madre había conseguido desactivar el drama-rabieta perpetrada por su hija, le había explicado la situación y como aceptarla, luego le hizo entender que ella era libre de elegir sus pensamientos y actitudes y con ello también podía elegir como iba a sentirse.

Muchos adultos que acuden a mi consulta, no han aprendido esa valiosa lección, y reproducen sus rabietas en forma de quejas y más quejas, por una situación que no les gusta, que no aceptan y se quedan bloqueados en ese punto de sus vidas sin poder disfrutar del presente.

Tenemos libertad de pensamiento, y con ello tenemos libertad para sentirnos mejor.

Roser Rodó

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27Ene/15

Las emociones que solo yo siento

No recuerdo cuando nací, creo que hace poco tiempo, o tal vez mucho, no sé. Pero creo que tengo conciencia de lo que hago desde hace poco. Sé que sé algunas cosas, de algunas no me acuerdo… Lo que sí sé es que yo siento muchas emociones diferentes.

Cuando nací no debía tener conciencia de lo que me rodeaba, sentía cosas agradables y desagradables, frío, calor, confort, ganas de llorar y de reír. Me acuerdo de mis amigos, de una casa inmensa en la montaña, con muchos animales y con unos señores que nos recibían. Me llevan a la casa de esos señores mis padres, son altos y guapos. Nos lo pasamos bien. Intento recordar las caras de mis padres y no puedo, a veces sí que creo que los veo pero desaparecen pronto. De lo que sí siento una sensación agradable es de una melodía que alguien me cantaba, o me cantan, no lo sé, y pienso en mis hermanos… Por cierto, no recuerdo sus caras, si su olor… ¿Y dónde están?

A veces estoy pensando en los juguetes y de repente desaparece de mi mente ese pensamiento, quiero volver a pensar y no recuerdo que quiero pensar. Entonces me pongo nervioso, me siento solo y tengo pánico. No me encontrará nadie, todo está vacío y se me nubla la vista. Casi desaparece la luz y solo tengo ganas de salir a caminar, probar de abrir las puertas y buscar a los niños con los que juego siempre.

Ahora estoy seguro de que he estado en el mar, en la playa y estirado al sol mientras que una niña… que se llama… Maribel me dice al oído que le coja la toalla a mi hermano para tirarla al agua. Maribel dice que mi hermano es feo… Yo creo que a ella le gusta él.

Tengo la idea de que esta señora que me coge de la mano y me lleva detrás de ella es o mi madre o mi novia. Intento recordar su nombre y no puedo. Yo quiero guardar mis manos en los bolsillos de mi chaqueta. Me da vergüenza ver tantas personas alrededor mío. Es como una fiesta, todo el mundo me mira y aplauden… ¿Por qué lo harán?. Una chica me acaba de abrazar y dar un beso. Huele muy bien. Me ha llamado: Papa, no lo entiendo. Yo creo que ella es mi hermana y que a veces se chiva de cosas mías a mi madre. Bueno, lástima, no es nadie que sea de mi familia. Espera, espera, creo que sé quien es, es alguien muy cercano a mí, su olor, sus palabras, el beso y el abrazo me produce un estado de ánimo agradable, no sé como se llama pero creo que es mi… hija… o mi hermana. Es igual, he visto una cara que me ha sobresaltado, la reconozco, sí, estoy seguro de que siempre ha sido mi amigo, sé que lo aprecio, creo que hemos estudiado juntos, pero ¿qué hemos estudiado? ¿Soy tan mayor como para haber estudiado?

Y ¿por qué aplauden tanto? Los miro e intento saber qué hago aquí. Bueno, no me importa pues me siento bien…

¡Vaya!, esa señora que o es mi hermana o mi novia me dice que me quiere. Ahora se dirige y habla a todos los que han venido a la fiesta. Habla del Alzheimer, se ve que es una enfermedad que tengo y de la que siempre oigo hablar. Y dice algo como que estas personas están aquí por mi, por Pasqual Maragall.

En homenaje a mi padre que me ha servido de modelo para describir cómo se podía sentir Pasqual Maragall el día 22 de septiembre de 2014 en el encuentro de voluntarios del estudio alfa para la detección precoz y la prevención del Alzheimer de la Fundación Pasqual Maragall contra el Alzheimer.

Pasqual Maragall:.,»@#~

Félix Eroles

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21Ene/15

La escritura de las emociones I: el diario personal

Manuscrito colección Wellcome Library

Manuscrito colección Wellcome Library

Muchas personas recurren, sin habérselo planteado previamente, a la escritura de las emociones. Es en la adolescencia cuando quizás más se practica esta modalidad de escritura a través de un diario personal: el caudal de vivencias y emociones adolescentes necesita en muchas ocasiones ser traducido a palabras. El adolescente no será consciente, en la mayoría de las veces, que está desarrollando una actividad capaz de sanarle; como máximo, dirá que escribe para “desahogarse”, que no es otra cosa que decir que se escribe para hacer catarsis.
Una de las maneras más sencillas y accesibles de aplicar la escritura terapéutica o escritura de las emociones es justamente el diario personal, ya que la aventura de profundizar en nuestro interior sólo requiere de una libreta y un bolígrafo. No hay, pues, terapia más económica.

El poder del diario no se limita a funcionar como catarsis emocional en el momento de escribir y, por lo tanto, de liberar emociones perturbadoras, sino que sirve también para poder reflexionar, con la distancia necesaria, sobre lo escrito. Así, el paso siguiente consiste en revisitar las emociones que han aparecido en el proceso de escritura, identificarlas y decidir si es conveniente hacer algo más con ellas (terapia, cambios en nuestra manera de afrontarlas, etc.).

El proceso de escritura de un diario no varía demasiado de una a otra situación. Si su objetivo es, por ejemplo, trabajar algún acontecimiento traumático o perturbador, se pueden seguir estos sencillos pasos:

elige la vivencia o la situación angustiosa que desees abordar; dedica unos quince o veinte minutos diarios, durante como mínimo una semana, a escribir sobre ello (asegúrate de disponer de un espacio y un tiempo donde no puedas ser interrumpido/a ni molestado/a); deja pasar unos días y revisa lo escrito con la calma que proporciona el alejamiento de lo narrado. Reflexiona sobre lo que puedes hacer al respecto e intenta elaborar un relato mental de lo sucedido. Ser capaz de distanciarse de sucesos vividos con una alta carga emocional implica no sufrirlos de la misma manera.

Igualmente, si se desea iniciar la redacción a largo plazo de un diario, habrá que reservarse un espacio diario para escribir e intentar hacerlo regularmente. Este proceso de autoanálisis permitirá un conocimiento más profundo de nuestra personalidad y saber a qué responde cada una de nuestras actitudes, lo cual nos ayudará a encarar de manera más armónica y racional nuestro futuro.

Para concluir, hay que recordar que no es necesario guardar para siempre el diario ni volver a él una y otra vez; es más, después de cumplida su función, puede destruirse si así se prefiere. Si todo ha ido bien, se habrá conseguido disminuir el peso de las vivencias sobre las que se ha escrito y ya no nos perturbarán de la misma manera.

Gemma Nadal

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01Dic/14

La Razón y la Emoción en el cuerpo humano

EmocionesDurante cientos de años se han alabado las virtudes de la razón y el pensamiento lógico, dejando el mundo de las emociones en un segundo plano, como si emocionarse fuera de débiles.

Actualmente, se está intentando corregir ese error. La ciencia se ha interesado en las emociones. De hecho, la psico-neuro-inmunología se dedica al estudio que las emociones y los pensamientos tienen sobre el cuerpo humano y en su salud. A nadie se le escapa que un buen disgusto puede ser la causa última de un infarto cardíaco.

En los más de 15 años que ejerzo la medicina familiar, he sido testigo de cómo nos afectan a los seres humanos las emociones.

Si bien es cierto que el pensamiento racional nos ha aportado grandes avances, es un rasgo relativamente nuevo del homo sapiens. De una manera simplista, podríamos decir, que la parte más antigua del cerebro, es la que está relacionada con las emociones y la supervivencia. Es en el neo-córtex o la zona más moderna de nuestro cerebro, donde se produce el pensamiento racional. Lo más importante, es que ambos están interconectados, y que a pesar de que hemos intentado analizarlos por separado, están trabajando juntos para nuestra supervivencia como individuos y como especie.

Esto influye en todos los aspectos de la vida: en el aprendizaje, en el crecimiento, en la propia salud. Así que si van al médico y les dice que lo suyo es de la mente, no se ofendan, porque seguro que la mente tiene mucho que ver. Para terminar, y dejarlo más claro, pondré un ejemplo. Es frecuente ver jóvenes que antes o después de un examen, que les supone un gran estrés, acaban con un resfriado, unas anginas o una bronquitis. El estrés, actuó bajando las defensas, que los hicieron más susceptibles a los virus y bacterias.

Roser Rodó

Médica de familia

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30Sep/14

¡SIEMPRE EN FORMA!

¡SIEMPRE EN FORMA!

Dormir, comer, practicar deporte son algunas de las actividades mediante las cuales garantizamos nuestro bienestar físico a lo largo del día. Ahora bien, ¿qué hacemos por nuestra voz?

A pesar de los avances tecnológicos que facilitan la comunicación, la voz sigue siendo el vehículo más inmediato para relacionarnos con los demás. Independientemente de lo que nos depare la jornada, tarde o temprano tendremos que hablar. Emociones que se sirven de palabras para salir a la luz, duras negociaciones a cualquier nivel o un horario prolongado de clases son algunas de las muchas situaciones en las que la voz estará involucrada. En ocasiones, habrá circunstancias difíciles de sobrellevar que pueden llegar a afectar el aparato vocal. Por eso mismo, debemos mantener en forma la musculatura implicada en el juego anatómico que produce el sonido.

Tendremos dos objetivos: fortalecer nuestra voz y corregir posibles malos hábitos. Evidentemente, recurriremos a la ayuda de un experto si no sabemos por dónde empezar. Además, los ejercicios elegidos seguirán determinados criterios. En primer lugar, se adaptarán a nuestra realidad (edad, trabajo, horario,…) En segundo lugar, nunca hay que extenuarse. Mejor una disciplina corta que practiquemos sin pereza cada día a una larga que abandonemos a la semana. Finalmente, ¿cómo sabremos que vamos por el buen camino? Cuando, tras un tiempo prudencial de trabajo continuado y esmerado, comprobemos que nuestra voz resiste fácilmente lo que le depara cada nuevo día.

Elisabet Gimeno

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24Sep/14

Las emociones que solo yo siento

No recuerdo cuando nací, creo que hace poco tiempo, o tal vez mucho, no sé. Pero creo que tengo conciencia de lo que hago desde hace poco. Sé que sé algunas cosas, de algunas no me acuerdo… Lo que sí sé es que yo siento muchas emociones diferentes.

Cuando nací no debía tener conciencia de lo que me rodeaba, sentía cosas agradables y desagradables, frío, calor, confort, ganas de llorar y de reír. Me acuerdo de mis amigos, de una casa inmensa en la montaña, con muchos animales y con unos señores que nos recibían. Me llevan a la casa de esos señores mis padres, son altos y guapos. Nos lo pasamos bien. Intento recordar las caras de mis padres y no puedo, a veces sí que creo que los veo pero desaparecen pronto. De lo que sí siento una sensación agradable es de una melodía que alguien me cantaba, o me cantan, no lo sé, y pienso en mis hermanos… Por cierto, no recuerdo sus caras, si su olor… ¿Y dónde están?

A veces estoy pensando en los juguetes y de repente desaparece de mi mente ese pensamiento, quiero volver a pensar y no recuerdo que quiero pensar. Entonces me pongo nervioso, me siento solo y tengo pánico. No me encontrará nadie, todo está vacío y se me nubla la vista. Casi desaparece la luz y solo tengo ganas de salir a caminar, probar de abrir las puertas y buscar a los niños con los que juego siempre.

Ahora estoy seguro de que he estado en el mar, en la playa y estirado al sol mientras que una niña… que se llama… Maribel me dice al oído que le coja la toalla a mi hermano para tirarla al agua. Maribel dice que mi hermano es feo… Yo creo que a ella le gusta él.

Tengo la idea de que esta señora que me coge de la mano y me lleva detrás de ella es o mi madre o mi novia. Intento recordar su nombre y no puedo. Yo quiero guardar mis manos en los bolsillos de mi chaqueta. Me da vergüenza ver tantas personas alrededor mío. Es como una fiesta, todo el mundo me mira y aplauden… ¿Por qué lo harán?. Una chica me acaba de abrazar y dar un beso. Huele muy bien. Me ha llamado: Papa, no lo entiendo. Yo creo que ella es mi hermana y que a veces se chiva de cosas mías a mi madre. Bueno, lástima, no es nadie que sea de mi familia. Espera, espera, creo que sé quien es, es alguien muy cercano a mí, su olor, sus palabras, el beso y el abrazo me produce una estado de ánimo agradable, no sé como se llama pero creo que es mi… hija… o mi hermana. Es igual, he visto una cara que me ha sobresaltado, la reconozco, sí, estoy seguro de que siempre ha sido mi amigo, sé que lo aprecio, creo que hemos estudiado juntos, pero ¿qué hemos estudiado? ¿Soy tan mayor como para haber estudiado?

Y ¿por qué aplauden tanto? Los miro e intento saber qué hago aquí. Bueno, no me importa pues me siento bien…

¡Vaya!, esa señora que o es mi hermana o mi novia me dice que me quiere. Ahora se dirige y habla a todos los que han venido a la fiesta. Habla del Alzheimer, se ve que es una enfermedad que tengo y de la que siempre oigo hablar. Y dice algo como que estas personas están aquí por mi, por Pasqual Maragall.

En homenaje a mi padre que me ha servido de modelo para describir cómo se podía sentir Pasqual Maragall el día 22 de septiembre de 2014 en el encuentro de voluntarios del estudio alfa para la detección precoz y la prevención del Alzheimer de la Fundación Pasqual Maragall contra el Alzheimer.Pasqual Maragall

Félix Eroles
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04Sep/14

La realidad vs mi realidad. Cómo nos afectan las emociones.

En fechas próxima, en Red Visible y Ple de Vida, realizaremos un Simposio Internacional sobre las Emociones. Estamos definiendo los días, modalidad, programa y ponentes.

El primer tema que desarrollo es sobre lo que debe ser la Realidad y cómo nosotros la percibimos.

Es obvio que cada uno de nosotros tiene una visión e interpretación diferente de las cosas que acontecen. De hecho, la Realidad se ve afectada por nuestra Realidad. Es un problema clásico de la Filosofía, el de ¿Cómo conocemos la realidad? en otras palabras la Epistemología.

En nuestro quehacer diario hemos observado que hay personas optimistas, pesimistas, introvertidas, tristes, alegres… y que mantiene ese estado mental y psicológico en la mayoría de las situaciones. Si en mi caso, soy una persona extrovertida, al percibir una situación que me afecta de una determinada forma adoptaré una conducta caracterizada por mi forma de ser. Sin embargo, si al lado tengo a un amigo con tendencia al pesimismo, es probable que él reaccione de forma diferente ante la misma situación.

¿A qué se debe que dos personas perciban la misma Realidad de forma diferente y actúen, en consecuencia, mediante conductas diferentes? A continuación lo intento explicar en la Infografía que adjunto.
En ella repasamos el concepto de Realidad Objetiva, vs. la Realidad que nosotros percibimos, cómo nos sentimos ante esa realidad, en qué medida nos afectan nuestros de creencias a través de las emociones. Como consecuencia actuamos y mantenemos unos perfiles conductuales que a su vez influyen en la Realidad. El ciclo de afectación de la Realidad Objetiva es una Distorsión Cognitiva.

Nuestras emociones y conductas responden a cuatro deseo básicos de:
1. Seguridad
2. Innovación
3. Singularidad
4. Conexión

Y estos cuatros deseos básicos se ven modificado por dos complementarios:
5. Progreso personal.
6. Aportaciones valiosas al grupo o sociedad.

Ya lo dijo David Hume:

«La razón es esclava de las pasiones»

Infografía Gestión Emociones

 

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Félix Eroles

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